Puro Fuego
Como buen signo de fuego, los Sagitario son personas que destellan chispas a su alrededor, lo cual tiene un efecto tanto positivo como negativo. Concentrémonos en el primero: los arqueros son los empleados ideales en sitios en los que el jefe necesita que al menos uno de sus empleados tenga la energía suficiente que a él le falta. Es decir, cuando el jefe no cuenta con la autoridad necesaria o la fuerza suficiente para hacer que su equipo de trabajo funcione, entonces recurrir a un empleado de Sagitario es la mejor idea que puede tener. Ellos le aportarán a sus compañeros la vitalidad que llevan en su sangre y le contagiarán las ganas de trabajar y de salir adelante. Si esto no ocurriera, la persona que no se deje arrastrar por la corriente de Sagitario quedará relegada a planos de inexistencia en la oficina.Los arqueros son perfectos para complementar la autoridad de un superior apocado, este último sólo deberá transmitirle a su subalterno de fuego qué es lo que quiere y él lo hará posible en menos tiempo del que se pueda imaginar.
Las Ideas - El Fuerte de Sagitario
Si concebimos las ideas como aquello a lo que recurrimos cuando ya no queda nada más que hacer, entonces tener un empleado de Sagitario es hacerle perder el tiempo a este maravilloso profesional del pensamiento. Contar con un arquero en la oficina es como tener un libro abierto de brillantes ideas para todo momento y a toda hora. Ellos buscan el progreso y el avance, por ello no es de extrañar que nos caigan con una sugerencia desde cómo optimizar los costos de producción hasta como hacer rendir más el café en la cocina de los empleados. Pensar es lo que hacen todo el tiempo y una de las cosas que mejor hacen, también. A su vez, su naturaleza proactiva los lleva a actuar al mismo tiempo que piensan, por lo que los veremos muy seguido implementar sus propias ideas sin consultar previamente. Si bien puede resultarnos un tanto molesto, no debemos dejar de valorar que tener una inteligencia tal en la oficina es invaluable.Cuidado con sus Enojos
El punto más débil de esta bola de fuego son sus repentinos y efusivos enojos. Ellos pueden llegar a estallar por minucias, por lo que es importante tener un plan de contención para ellos. ¿Qué es lo que los hace saltar? La inoperancia e ineficiencia de sus compañeros de trabajo. A su vez, la mala disposición de la gente para trabajar tampoco les cae muy en gracia, sin contar cuando les toca trabajar en una oficina cuyo jefe es extremadamente conservador y se niega a progresar por simple miedo al cambio.¿Las buenas noticias? Sus enojos no durarán más de unos pocos minutos y ya todo quedará en el olvido... por lo menos para ellos.
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